Australia.

sábado, septiembre 19, 2009

Transcribo parte de una carta que mandé a Australia:


[...]

La ciudad es un caos, un hermoso caos, las lluvias no han dejado de azotar la ciudad, ahora mismo he corrido solamente de la esquina de mi calle a mi casa con una sombrilla cubriéndome y he llegado todo mojado a la puerta de mi casa. En las noticias no se dejan de escuchar las inundaciones y los medios de comunicación siguen usando el viejo truco de aprovecharse de la desgracia ajena para obtener más “reiting” (como se escriba), las casas se inundan arriba de un metro y la gente continúa llorando a través de la pequeña pantalla del televisor.

[...]

A mi me gusta la lluvia, aunque me moje y me detenga por horas en el tráfico, cuando la escucho caer todo se me olvida, cuando llegan los primeros olores a tierra mojada y veo las luces de los faroles reflejadas en el piso todo toma otro sentido. Hoy me dieron ganas de sentarme a ver llover, de botar todo el trabajo, el estudio y los problemas que acarreamos en el vagar del día a día, solamente sentarme y ver llover, escuchar los truenos del cielo, ver los rayos iluminando las montañas a lo lejos y perderme en el sonido blanco y uniforme de la lluvia.

Hoy me dieron ganas de ver llover, de sentarme a platicar con alguien y tomar un café, platicar de cosas sin sentido, pues el sentido está en el acto, hablar de viajes, de fiestas, de amigos o de libros, de contar historias y reir a carcajadas.

Pero nada de eso sucedió.

[...]


[Jorge Drexler - Que Seráo Que Será]

2 vituperaciones:

Anónimo dijo...

vaya, a veces la ciudad es tán complicada

Supertramp dijo...

toda esta "temporada" de lluvia, de relámpagos, de truenos y cielo nublado es para vivirlos, también me sentaría a observarlos y escucharlos, pero sin duda salir a caminar bajo la lluvia u oler la humedad de la tierra del aire antes de llover... es para vivirse sin fin.

un saludo.